Haremos un breve recorrido por la
historia de la literatura española que estuvo regida por la ley del
péndulo. Pero…¿qué es la ley del péndulo?
Antes de contarlo ¡vamos a
intentar averiguarlo! ¿Dónde podemos encontrar un péndulo? ¡En un reloj por
ejemplo! ¿y qué hace este péndulo? Pues oscilar de un lado hacia otro ¿verdad?
Ahora vamos a llevar este ejemplo hacia la literatura… ¿cómo lo podremos hacer?
Tenemos que tener dos “lados”, dos
“posiciones”, estas posiciones son la de PLATÓN (libertad) y la de
ARISTÓTELES (reglas). Esta ley del péndulo provoca que en España haya
corrientes completamente contrarias a la anterior.
Edad Media
La Edad Media comienza en Europa en el
Siglo IX, aunque a España llega en el Siglo X-XI; los pilares de la Edad Media
son una sociedad feudal y el pensamiento teocéntrico.
Literatura heroica es la literatura
típica en la Edad Media.
Se comienza a escribir en castellano.
En esta época hay muchos textos
anónimos ya que se escribían los textos para Dios y gracias a Dios, puesto que
sin su gracia divina no se tendría el don de escribir.
Los temas de los que se escribía en la
Edad Media eran temas religiosos y Dios como centro de todo.
Ya en los siglos XIV y XV comienzan a
firmarse los textos, los temas cambian y se comienza a hablar sobre la vida que
es un simple paso hacia la muerte y el reencuentro con Dios.
Entre los Siglos XVI y XVII se
realizan los cancioneros. En los que el tema principal es el amor, que se presenta
como un amor apasionado y platónico en el que cuanto más lejana, desconocida e
inaccesible resulte la amada, mucho mejor.
En esta época otro de los temas más
importantes eran las historias
que contaban juglares y trovadores de
caballeros y nobles en las que se exageraba la historia y a sus héroes, como
por ejemplo “El Cid”
De la edad media nos ha llegado un importante legado literario en forma de cantares de gesta recogidos en el mester de juglaría, cuentos, villancicos castellanos, jarchas mozárabes, de poesías trovadorescas.
No hay que olvidar el papel de Alfonso X, impulsor de la Escuela de Traductores de Toledo, fue un rey polifacético interesado por multitud de disciplinas de la época: las ciencias, la historia, el derecho, la literatura… Su labor consistió en dirigir y seleccionar a los traductores y obras, revisar su trabajo, fomentar el debate intelectual e impulsar la composición de nuevos tratados. Se rodeó de sabios musulmanes y judíos, fue mecenas de eruditos y trovadores y a él se debe, en gran parte, el florecimiento de la cultura en esta época.
Como obra más importante de este periodo destaco “La Celestina” de Fernando de Rojas.
En el aula podemos utilizar textos como El Cantar del Mío Cid o El Conde Lucanor .
Renacimiento.
Siglo XVI en España. Los pilares de este movimiento son opuestos
al anterior: antropocentrismo (el hombre es el centro de todo) y la necesidad
de reglas y cánones clásicos en todos los aspectos de la vida.
Se pasa de la concepción teocentrista
al humanismo (actitud del hombre del Renacimiento que se caracteriza por el
estudio e imitación de los textos grecolatinos y supone el interés por todo lo
que el hombre ha realizado.)
El Renacimiento es una época de importantes
transformaciones en todos los aspectos caracterizada por el empleo de la razón
como fuente del conocimiento frente a los textos sagrados y la tradición
medieval.
Los temas tratados por los autores
renacentistas son la mitología, la historia, el amor y la naturaleza.
Surge la burguesía, una clase media
formada, en su mayoría, por militares, con cultura.
Lenguas utilizadas.
Los primeros humanistas escribieron en
Latín y griego, pero las literaturas greco-romanas terminaron aportando
solamente las reglas y los argumentos; en cada país se escribió en lengua
nacional.
Obras preferidas.
Las obras preferidas fueron las odas,
sátiras, novelas y epigramas, para entretener y divertir.
Sobresalieron el gran dramaturgo
inglés William Shakespeare, en España se distinguieron el cardenal
Cisneros, que promovió la Biblia Políglota, Antonio de Nebrija, el escritor de
la primera gramática castellana, los poetas Boscán y Garcilaso de la
Vega, y por supuesto Miguel de Cervantes autor del El Ingenioso Hidalgo Don
Quijote de la Mancha. Cervantes nace y se forma en pleno auge del Renacimiento
y, por otra parte, vive con intensidad los primeros años del siglo XVII, en los
que el humanismo universal del Clasicismo da paso a la problematización y
exuberancia del Barroco.
Me gustaría destacar la obra “La vida
de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades”, escrita en el periodo
de transición entre Renacimiento y Barroco y de autor anónimo , y que inicia el
género de la novela picaresca.
Barroco.
El Barroco es una época
contrapuesta al Renacimiento que destaca por un siempre presente
sentimiento de desconfianza, pesimismo y desengaño.
El siglo XVII y el auge de las
premisas barrocas coincidieron en España con un brillante y fecundo
período literario llamado Siglo de Oro. Estéticamente, el barroco se
caracterizó, en líneas generales, por la complicación de las formas y el
predominio del ingenio y el arte sobre la armonía de
la naturaleza, que constituía el ideal renacentista.
Durante el Siglo XVII encontramos los
mentideros, lugares donde se podían conocer todo tipo de chismes relacionados
con amores infieles de nobles y damas de alta alcurnia, pero también se
difundían desde aquí otro tipo de noticias relacionadas con asuntos más serios,
directamente relacionados con la Corte. Por ejemplo: El mentidero de San Felipe.
En el plano de
la Literatura dominan, en cuanto al estilo, la exageración,
los contrastes (la belleza- la fealdad, lo trágico-lo cómico, la
verdad- la mentira…), los aspectos impresionistas y la falta
de equilibrio (unas veces se deforma la realidad y otras se idealiza
y se embellece).
En la temática, fruto de la visión
amarga de la vida, se tratan, entre otros asuntos, la sátira de la
vanidad humana, la ambición, el dinero…, la fugacidad de la vida
"Tempus Fugit" (paso veloz hacia la muerte), la
representación de la existencia como un teatro o un sueño y
el reflejo realista y desengañado de la vida como una lucha
del ingenio para vencer la miseria.
Autores que podemos destacar de este
Siglo de Oro son: Calderón de la Barca (La vida es sueño), Lope de Vega (Fuente
ovejuna), tirso de molina (El burlador de Sevilla), Góngora y Quevedo.
Góngora y Quevedo estaban enfrentados
porque cada uno tenía una forma diferente de ver la literatura. En el aula
podemos leer estos poemas que les resultarán divertidos a los niños.
Yo te untaré
mis obras con tocino
Porque no me las muerdas, Gongorilla,
Perro de los ingenios de Castilla,
Docto en pullas, cual mozo de camino.
Apenas hombre, sacerdote indino,
Que aprendiste sin christus la cartilla;
Chocarrero de Córdoba y Sevilla,
Y en la Corte, bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía;
Aunque aquesto de escribas se te pega,
Por tener de sayón la rebeldía. Quevedo
A don
Francisco de Quevedo
Cierto
poeta, en forma peregrina
cuanto devota, se metió a romero,
con quien pudiera bien todo barbero
lavar la más llagada disciplina.
Era su benditísima esclavina,
en cuanto suya, de un hermoso cuero,
su báculo timón del más zorrero
bajel, que desde el Faro de Cecina
a Brindis, sin hacer agua, navega.
Este sin landre claudicante Roque,
de una venera justamente vano,
que
en oro engasta, santa insignia, aloque,
a San Trago camina, donde llega:
que tanto anda el cojo como el sano. Góngora.
Neo clasicismo.
Vuelta a lo clásico. El neoclasicismo o estilo neoclásico fue un movimiento cultural, artístico y literario que se desarrolló desde mediados del siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XIX, también conocido como “Ilustración” o “Siglo de las luces”.
Su origen viene de la reacción ante los
"excesos" del barroco en el arte y especialmente
el abuso decorativo de su última fase: el rococó. El neoclasicismo significó
una vuelta a los contenidos grecorromanos y se buscaba nuevamente
el equilibrio y la armonía entre los diferentes elementos. Se
caracteriza por ser una época puramente racionalista, en la que se pretende que
todo se resuelva mediante la razón humana. Da preferencia a la razón frente a
los sentimientos, impone reglas a las que se deben ajustar las obras literarias
(la regla de las tres unidades: acción, tiempo y lugar).
Como en anteriores épocas, la sociedad
neoclasicista vuelve a ser antropocéntrica y rechaza cualquier tipo de idea que
no pueda ser explicada de una forma racional.
Se muestra especialmente preocupación por la ciencia y por la educación.
La educación comienza a tener mayor trascendencia y comienza a llegar a,
cada vez, más personas. Se crea la Real Academia de la Lengua.
Se rechaza lo imaginativo y lo
fantástico, ya que no se escribía para entretener, sino para educar. La
literatura neoclásica tiene un marcado carácter crítico, didáctico y
moralizador
Exaltación
la naturaleza como un elemento que produce sentimientos y belleza.
Reaparecen las fábulas, composiciones
breves en las que hay unas enseñanzas morales y los personajes, normalmente,
son animales.
Destacaremos los siguientes autores
importantes:
Fray Benito Jerónimo Feijoo y
Montenegro (Cartas eruditas y curiosas), José Cadalso y Vázquez de Andrade
(Cartas Marruecas), Gaspar Melchor de Jovellanos (Informe para el expediente de
la Ley Agraria, El delincuente honrado). Tomás de Iriarte (El burro flautista),
Leandro Fernández de Moratín (El sí de las niñas). Todos estos autores tocaron
los 3 géneros en mayor o menor medida.
Romanticismo.
El Romanticismo fue un movimiento
artístico, literario e ideológico que se produjo en la primera mitad del siglo
XIX. Fue una ruptura con el normativismo neoclásico y su principio básico fue
la libertad de creación. En España tuvo su apogeo entre 1835 y 1850, aunque
este movimiento surgió años antes entre Inglaterra y Alemania, pero
el absolutismo de Fernando VII impidió el desarrollo del
Romanticismo en nuestro país y lo retrasó frente al europeo.
No es una simple corriente literaria,
sino un amplio movimiento que abarcó los más diversos sectores de la cultura y
de la vida europea. En realidad, es el producto de una profunda crisis de base
social y política, cuyas manifestaciones abarcan desde lo ideológico hasta lo
estético.
La crisis del Romanticismo es, ante
todo, vital. El romántico aparece como un hombre disconforme, en medio de un
mundo con graves problemas políticos, sociales y metafísicos. Perdido y
angustiado en una sociedad que no le satisface, le opone una orgullosa
negativa, que se extiende tanto a sus fundamentos ideológicos (la
“racionalidad” burguesa) como a su arte (que pretendía, precisamente, estar
“ordenado según la razón”).
El Romanticismo español duró
relativamente poco. Suelen señalarse los años 1835 (estreno de Don
Álvaro del Duque de Rivas) como fecha de inicio, y 1849 (estreno de la
obra de José Zorrilla Traidor, inconfeso y mártir) como fecha fin.
En él se distinguen, como en Europa,
una línea liberal y una línea tradicionalista. Al Romanticismo liberal avanzado
pertenecen, por ejemplo, Larra y Espronceda y en el Romanticismo tradicional
podemos situar a escritores como Zorrilla y el Duque de Rivas.
Las características principales del
romanticismo son:
- Exaltación
del "yo": el romántico se siente un ser superior
al mundo que le rodea (él es un genio) y se aísla
orgullosamente, dando lugar a un sentimiento
de soledad ,unas veces visto como deleite y otras como
sufrimiento. Importancia de la intimidad, los sentimientos y las
pasiones del autor. Desprecio por la razón.
- Irracionalismo:
el Romanticismo valora lo no racional, sus obras reflejen sueños,
emociones, fantasías.
- Libertad:
El héroe romántico aspira a la sagrada libertad: como miembro de la
sociedad salta por encima de las normas de comportamiento,
dejándose llevar por sus sentimientos; como artista, rechaza la tiranía de
las reglas, oponiendo a éstas, actitudes originales y personales; como
político, se compromete con el liberalismo radical y
los ideales revolucionarios. Es decir, libertad en todos los órdenes
de la vida.
- Idealismo: desacuerdo
con el mundo. El romántico es un eterno descontento: sus ideales de libertad,
felicidad e infinito no encuentran cauce en la vida cotidiana. Surgen de
aquí varias actitudes, como la rebeldía política y
social (el conspirador es uno de los grandes arquetipos románticos),
o la evasión (en el tiempo, en forma de retomo al pasado
-evocación de la Edad Media, por ejemplo-; o en el espacio -gusto por
tierras exóticas como China u Oriente; curiosamente, para los europeos
España es uno de los territorios "exóticos", de pasado al mismo tiempo musulmán y caballeresco, lleno de bandoleros, brujas, gitanos y mujeres ardientes y libres (como la Carmen de Próspero Merimée). - Angustia:
El idealismo romántico puede también desembocar en el desengaño,
la frustración y la angustia. Un rasgo central del hombre
romántico es el sentimiento de no plenitud, el sufrir por lo incompleto de
la existencia humana. La vida es vista, al igual que en el
Barroco, como fugaz e inconsistente, de ahí que un tema recurrente
sea la muerte, por la que se siente una gran obsesión. La angustia
- La
naturaleza: La naturaleza cobra especial importancia y adquiere un
papel que antes no tuvo, ahora se adapta a los estados de
ánimo del autor o de los personajes, de ahí que suela
mostrarse tétrica, turbulenta, o melancólica, según los casos. La
angustia y la obsesión por la muerte responde el gusto por la noche o los
paisajes sepulcrales, y la soledad encuentra su marco adecuado en los paisajes
recónditos o exóticos, los campos desolados, los jardines abandonados.
Los temas que figuran entre los más
característicos del momento romántico son: el amor pasional; las convenciones
sociales y morales que se le oponen y, como parte esencial de ellas, el viejo
concepto del honor; la frustración o sentimiento de la imposibilidad de
realizarse; el retiro ascético del mundo, como consecuencia de esta
frustración; y, por encima de todo, el destino.
Se observa en los autores de este
periodo un desazón y un desengaño que llevan a buscar la evasión; una
idealización de lugares exóticos y lejanos, de épocas pasadas y futuras que se
imaginan perfectas. Muchos de los autores románticos acabaron suicidándose para
evitar el sufrimiento.
Los autores más importantes del
romanticismo español como Larra , José Zorrilla, José de
Espronceda, Ramón de Mesonero Romanos, Gustavo Adolfo
Bécquer (considerado primer poeta lírico propiamente dicho), Cecilia
Böhl de Faber (conocida como Fernán Caballero) o Ángel María de
Saavedra (conocido por su título nobiliario de Duque de Rivas) y
Rosalía de Castro.
Realismo
De nuevo encontramos un
movimiento aristotélico.
Este movimiento literario aparece en
la segunda mitad del siglo XIX, como consecuencia de las circunstancias
sociales de la época: la consolidación de la burguesía como clase dominante, la
industrialización, el crecimiento urbano y la aparición del proletariado..
Las características básicas del
Realismo literario son:
- Eliminación de
todo aspecto subjetivo, hechos fantásticos o sentimientos que se
alejen de lo real.
- Análisis
riguroso de la realidad. El escritor nos ofrece un retrato riguroso
de lo que observa.
- Los
problemas de la existencia humana, componen el tema fundamental de la
novela realista; ésa es la consecuencia del sumo interés por la
descripción del carácter, temperamento y conducta de los personajes.
- Surge
un tipo de novela en la que se analizan minuciosamente
las motivaciones de los personajes y las costumbres.
- El
novelista denuncia los defectos y males que afectan a la
sociedad y ofrece al lector soluciones para detenerlos. Cada autor, según
sus ideas, muestra lo que para él es un mal de la sociedad.
Los temas son cercanos a los lectores
y se usa un lenguaje popular y coloquial.
Los autores que destacan en esta etapa son Benito Pérez
Galdós con “Fortunata y Jacinta”, Emilia Pardo Bazán y “Los Pazos de Ulloa”,
Leopoldo Alas “Clarín” y su obra “La Regenta”.
Vanguardias.
A principios del siglo XX llega el Vanguardismo, es el periodo de los “-ismos” pues, existen numerosos movimientos cuyos nombres son Futurismo, Cubismo, Dadaísmo, etc.
Dentro del periodo de Vanguardias en España, el modernismo es la vanguardia que más influencia tiene; en principio, el término “modernista” es un término despectivo utilizado por quienes se oponían a las novedades. Fue sobre todo un movimiento poético que se caracteriza por la repulsa hacia todo lo cotidiano y por la búsqueda de la belleza y la perfección. Podemos hablar de inconformismo y de esfuerzo de renovación.
Lo más importante para los autores modernistas es la belleza, justo lo contrario que en el Realismo, e intentan explotar todas las posibilidades que ofrece el lenguaje para conseguirlo.
También existe un gran individualismo, dando mucha importancia al mundo interior, al yo del autor y sus sentimientos. Al igual que el romanticismo, se podría considerar un estilo juvenil.
Los autores representativos del Modernismo son: Rubén Darío con su obra “Azul y Prosas profanas y Cantos de vida y de esperanza”; Juan Ramón Jiménez, con su obra “Platero y yo”.
Para trabajar con niños de Educación Primaria considero que podríamos utilizar la obra Platero y yo de Juan Ramón Jiménez.
Generación del 98.
Es simultánea al modernismo, se
preocupan por encontrar la verdadera esencia o alma de España, se sienten
angustiados por el atraso, achacando los problemas del país a la pasividad e
ignorancia del pueblo.
Generación del 27.
Durante los primeros años del Siglo XX
y, sobre todo, a partir de 1927 y hasta pasada la Guerra Civil española; surgen
una serie de escritores que reciben el nombre de “Generación del 27”, no forman
una Generación propiamente dicha, sino que forman parte de un grupo poético, tras
un acto conmemorativo del tercer centenario de la muerte de Luis de Góngora,
homenaje celebrado en el Ateneo de Sevilla y en el que participaron la mayoría
de los miembros de dicha generación de escritores. Este grupo poético es uno de
los más prolíficos que ha dado la literatura española. Escritores como García
Lorca o Alberti han tenido una notable influencia en autores de generaciones
posteriores. Su vida transcurrió muy ligada a los hechos históricos que les
tocó vivir, especialmente la Guerra Civil y la dictadura, que les llevó a la
mayoría al exilio. Además de estar unidos por la creación literaria, a los
miembros les unió una gran amistad.
La nómina habitual del grupo poético
del 27 se limita a diez autores: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Rafael Alberti,
Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Vicente
Aleixandre, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, pero hubo también muchos otros
escritores, novelistas, ensayistas y dramaturgos, que pertenecen a la
Generación del 27, generalmente encabezada por Max Aub a quien le siguen
algunos más viejos, como Fernando Villalón, José Moreno Villa o León Felipe, y
otros más jóvenes, como Miguel Hernández.
Factores que les unían eran su admiración por lo barroco y la
Residencia de Estudiantes, de Madrid, un privilegiado lugar de encuentro.
Algunos de ellos vivían allí y a ella acudían todos, atraídos por sus
actividades culturales.
La generación del 27 tiene varias etapas:
Primera etapa: hasta 1927, aproximadamente.
A principios de esta etapa se dejan sentir los tonos becquerianos,
junto a algunos resabios modernistas. Pronto es notorio el influjo de las
primeras vanguardias. El magisterio de Juan Ramón Jiménez les orienta hacia la
“poesía pura.
Segunda etapa: de 1927 a la Guerra Civil.
Los poetas, ya en su plena madurez, comienzan a sentirse un tanto
cansados de las aventuras formalistas. Se inicia así el proceso de“rehumanización” de
su lírica.
Tercera etapa: después de la Guerra.
Acaba la guerra civil. Lorca ha muerto en 1936. Los demás, excepto
Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, parten hacia una un largo exilio. El
grupo poético del 27 se ha dispersado. Cada uno sigue una forma particular de
hacer poesía, pero ninguno abandonará el cultivo de una poesía que cada vez
será más humana.
Era un grupo que sentía admiración por varios autores clásicos,
como Garcilaso, San Juan de la Cruz, Quevedo y Góngora, estuvieron muy
influidos por corrientes extranjeras de la época y por las vanguardias. Además,
lo popular y lo culto protagonizaron sus obras por igual, todo bajo una idea de
tradición y de renovación. Se convertirían en una generación de individualismos
y libertades a la hora de expresarse, búsqueda de la originalidad. «La nueva literatura es evasión, alegrías
puras entre las palabras y los conceptos más diversos: estar aquí y allá al
mismo tiempo, desvariar con gracia.» (Gómez de la serna).
De la producción literaria de la Generación del 27 destacamos “La
casa de Bernarda Alba”, “Donde habita el olvido”, “Romancero Gitano”, “Llanto
por Ignacio Sánchez Mejías” y “Marinero en tierra”.
Posguerra.
En la inmediata posguerra se hace
evidente la ruptura de la natural evolución literaria. Así, la novela no puede
enlazar con la narrativa social de los años 30, prohibida por el franquismo, ni
parece válida la estética deshumanizada de los años 20. En ese panorama de
desconcierto abundan tres tipos de narraciones, todas de estilo tradicional:
ideológica, realista y humorística. Hasta los años 50 no comienzan los indicios
de renovación. En la década de 1940 sólo hay casos excepcionales y aislados,
como C. José Cela, Carmen Laforet y Miguel Delibes.
La novela española de la década de los
50 recoge pronto las nuevas preocupaciones sociales y abandona la visión
existencial de la década anterior. el realismo social se intensifica y en el año
1954 alcanza su momento cumbre, pues se publican varias obras de este tipo de
Ana Mª Matute, Ignacio Aldecoa, Jesús Fdez. Santos, Juan Goytisolo, Rafael
Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y Juan García Hortelano.
El tema de la novela es la propia sociedad
española: la dureza de la vida en el campo, las dificultades de la
transformación de los campesinos en trabajadores industriales; la explotación
del proletariado y la banalidad de la vida burguesa. El estilo de la novela
realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, se
pretende llegar a un amplio público. Los contenidos testimoniales o críticos
son más importantes.
Podemos destacar como los autores más
importantes de la posguerra a Camilo
José Cela con “La familia de Pascual Duarte” (1942), “La
colmena” (1951), Miguel Delibes con su obra “Cinco horas con
Mario” (1966), Carmen Laforet con “Nada”.
Años 70.
En los años 70, tras la muerte de Franco, la literatura está marcada la libertad total. Destacamos autores como: Eduardo Mendoza por “Sin noticias de Gurb” Vargas Llosa,Gabriel G. Márquez “Cien años de soledad”.
En la actualidad la literatura es ecléctica (vale todo).
Después de este “pequeño” repaso a la literatura española hemos comprobado que hay infinidad de obras de gran calidad literaria de las que podemos sacar mucho provecho, pero para ello hay que saber cómo hacerlo.
Primero deberemos seleccionar unos fragmentos o textos que consideremos oportunos, buscando una adaptación si es necesario, presentar la obra a nuestros alumnos animándoles a leerla.
Pero ¿qué es seleccionar y qué es
adaptar una obra? ¿Qué hay de diferente?
Seleccionar es coger un fragmento de
una obra para trabajar solamente esta parte con la que pretendemos animar a nuestros
alumnos a leer una determinada obra. En cambio, adaptar es adecuar un texto a unos
receptores, unos criterios, unos requisitos y unos objetivos. La adaptación
implica modificación.
Podemos encontrar varios tipos de
adaptación:
- Las
traducciones.
- Actualización
lingüística, obra escrita en castellano antiguo, la adecuación del
vocabulario al castellano actual.
- Cambiar
de género dentro de la literatura.
- Adaptaciones
de la forma y del contenido
- Adaptaciones
de la forma.
- Adaptaciones
del contenido.
Un error que normalmente cometemos es
incluir los resúmenes dentro de “adaptaciones” y no es correcto.
Las adaptaciones son un recurso que, a
nosotros como futuros maestros, debemos tener presentes en todo momento, puesto
que gracias a ellas podemos dar a conocer a nuestros alumnos infinidad de obras
literarias de gran calibre e incluso llegar a hacer de ellos unos grandes
lectores.
Aun así, la selección de fragmentos,
es el recurso más utilizado en la Ed. Primaria, ya que son textos cortos que
despiertan su interés y sirven para cumplir una serie de objetivos.
Te digo lo mismo que le dije a Pedro aquí: http://yoacabodellegar-pedro.blogspot.com/2011/11/un-no-tan-breve-recorrido-por-la.html
ResponderEliminarExcepto lo del esquema de la ley del péndulo que tú sí has incluido.