martes, 13 de diciembre de 2011

Literatura española y cultura literaria.

Haremos un breve recorrido por la historia de la literatura española que estuvo regida por la ley del péndulo. Pero…¿qué es la ley del péndulo?
 Antes de contarlo ¡vamos a intentar averiguarlo! ¿Dónde podemos encontrar un péndulo? ¡En un reloj por ejemplo! ¿y qué hace este péndulo? Pues oscilar de un lado hacia otro ¿verdad? Ahora vamos a llevar este ejemplo hacia la literatura… ¿cómo lo podremos hacer?
Tenemos que tener dos “lados”, dos “posiciones”, estas  posiciones son la de PLATÓN (libertad)  y la de ARISTÓTELES (reglas). Esta ley del péndulo provoca que en España haya corrientes completamente contrarias a la anterior.


Edad Media

La Edad Media comienza en Europa en el Siglo IX, aunque a España llega en el Siglo X-XI; los pilares de la Edad Media son una sociedad feudal y el pensamiento teocéntrico.

Literatura heroica es la literatura típica en la Edad Media.

Se comienza a escribir en castellano.

En esta época hay muchos textos anónimos ya que se escribían los textos para Dios y gracias a Dios, puesto que sin su gracia divina no se tendría el don de escribir.
Los temas de los que se escribía en la Edad Media eran temas religiosos y Dios como centro de todo.

Ya en los siglos XIV y XV comienzan a firmarse los textos, los temas cambian y se comienza a hablar sobre la vida que es un simple paso hacia la muerte y el reencuentro con Dios.

Entre los Siglos XVI y XVII se realizan los cancioneros. En los que el tema principal es el amor, que se  presenta como un amor apasionado y platónico en el que cuanto más lejana, desconocida e inaccesible  resulte la amada, mucho mejor.

En esta época otro de los temas más importantes eran las historias que contaban juglares y trovadores de caballeros y nobles en las que se exageraba la historia y a sus héroes, como por ejemplo “El Cid”
  





De la edad media nos ha llegado un importante legado literario en forma de cantares de gesta recogidos en el mester de juglaría, cuentos, villancicos castellanos, jarchas mozárabes, de poesías trovadorescas.





No hay que olvidar el papel de Alfonso X, impulsor de la Escuela de Traductores de Toledo, fue un rey polifacético interesado por multitud de disciplinas de la época: las ciencias, la historia, el derecho, la literatura… Su labor consistió en dirigir y seleccionar a los traductores y obras, revisar su trabajo, fomentar el debate intelectual e impulsar la composición de nuevos tratados. Se rodeó de sabios musulmanes y judíos, fue mecenas de eruditos y trovadores y a él se debe, en gran parte, el florecimiento de la cultura en esta época.

Como obra más importante de este periodo destaco “La Celestina” de Fernando de Rojas.


En el aula podemos utilizar textos como El Cantar del Mío Cid o El Conde Lucanor .



Renacimiento.

Siglo XVI en España.  Los pilares de este movimiento son opuestos al anterior: antropocentrismo (el hombre es el centro de todo) y la necesidad de reglas y cánones clásicos en todos los aspectos de la vida.
Se pasa de la concepción teocentrista al humanismo (actitud del hombre del Renacimiento que se caracteriza por el estudio e imitación de los textos grecolatinos y supone el interés por todo lo que el hombre ha realizado.)
 El Renacimiento es una época de importantes transformaciones en todos los aspectos caracterizada por el empleo de la razón como fuente del conocimiento frente a los textos sagrados y la tradición medieval.

Los temas tratados por los autores renacentistas son la mitología, la historia, el amor y la naturaleza.
Surge la burguesía, una clase media formada, en su mayoría, por militares, con cultura.
Lenguas utilizadas.
Los primeros humanistas escribieron en Latín y griego, pero las literaturas greco-romanas terminaron aportando solamente las reglas y los argumentos; en cada país se escribió en lengua nacional.
Obras preferidas.
Las obras preferidas fueron las odas, sátiras, novelas y epigramas, para entretener y divertir.
Sobresalieron el gran dramaturgo inglés William Shakespeare, en España se distinguieron el cardenal Cisneros, que promovió la Biblia Políglota, Antonio de Nebrija, el escritor de la primera gramática castellana, los poetas Boscán y Garcilaso de la Vega, y por supuesto Miguel de Cervantes autor del El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Cervantes nace y se forma en pleno auge del Renacimiento y, por otra parte, vive con intensidad los primeros años del siglo XVII, en los que el humanismo universal del Clasicismo da paso a la problematización y exuberancia del Barroco.
Me gustaría destacar la obra “La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades”, escrita en el periodo de transición entre Renacimiento y Barroco y de autor anónimo , y que inicia el género de la novela picaresca.

Barroco.

El Barroco es una época contrapuesta al Renacimiento que destaca por un siempre presente sentimiento de desconfianza, pesimismo y desengaño.
El siglo XVII y el auge de las premisas barrocas coincidieron en España con un brillante y fecundo período literario llamado Siglo de Oro. Estéticamente, el barroco se caracterizó, en líneas generales, por la complicación de las formas y el predominio del ingenio y el arte sobre la armonía de la naturaleza, que constituía el ideal renacentista.
Durante el Siglo XVII encontramos los mentideros, lugares donde se podían conocer todo tipo de chismes relacionados con amores infieles de nobles y damas de alta alcurnia, pero también se difundían desde aquí otro tipo de noticias relacionadas con asuntos más serios, directamente relacionados con la Corte. Por ejemplo: El mentidero de San Felipe.

En el plano de la Literatura dominan, en cuanto al estilo, la exageración, los contrastes (la belleza- la fealdad, lo trágico-lo cómico, la verdad- la mentira…), los aspectos impresionistas y la falta de equilibrio (unas veces se deforma la realidad y otras se idealiza y se embellece).
En la temática, fruto de la visión amarga de la vida, se tratan, entre otros asuntos, la sátira de la vanidad humana, la ambición, el dinero…, la fugacidad de la vida "Tempus Fugit"  (paso veloz hacia la muerte), la representación de la existencia como un teatro o un sueño y el reflejo realista y desengañado de la vida como una lucha del ingenio para vencer la miseria.
Autores que podemos destacar de este Siglo de Oro son: Calderón de la Barca (La vida es sueño), Lope de Vega (Fuente ovejuna), tirso de molina (El burlador de Sevilla), Góngora y Quevedo.
Góngora y Quevedo estaban enfrentados porque cada uno tenía una forma diferente de ver la literatura. En el aula podemos leer estos poemas que les resultarán divertidos a los niños.


Yo te untaré mis obras con tocino

Porque no me las muerdas, Gongorilla,

Perro de los ingenios de Castilla,

Docto en pullas, cual mozo de camino.



Apenas hombre, sacerdote indino,
Que aprendiste sin christus la cartilla;
Chocarrero de Córdoba y Sevilla,
Y en la Corte, bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?

No escribas versos más, por vida mía;
Aunque aquesto de escribas se te pega,
Por tener de sayón la rebeldía. Quevedo


A don Francisco de Quevedo


Cierto poeta, en forma peregrina

cuanto devota, se metió a romero,

con quien pudiera bien todo barbero

lavar la más llagada disciplina.


Era su benditísima esclavina,

en cuanto suya, de un hermoso cuero,

su báculo timón del más zorrero

bajel, que desde el Faro de Cecina



a Brindis, sin hacer agua, navega.
Este sin landre claudicante Roque,
de una venera justamente vano,

que en oro engasta, santa insignia, aloque,

a San Trago camina, donde llega:

que tanto anda el cojo como el sano. Góngora.


Neo clasicismo.

Vuelta a lo clásico. El neoclasicismo o estilo neoclásico fue un movimiento cultural, artístico y literario que se desarrolló desde mediados del siglo XVIII hasta las primeras décadas del siglo XIX, también conocido como “Ilustración” o “Siglo de las luces”.
 Su origen viene de la reacción ante los "excesos" del barroco en el arte y especialmente el abuso decorativo de su última fase: el rococó. El neoclasicismo significó una vuelta a los contenidos grecorromanos y se buscaba nuevamente el equilibrio y la armonía entre los diferentes elementos. Se caracteriza por ser una época puramente racionalista, en la que se pretende que todo se resuelva mediante la razón humana. Da preferencia a la razón frente a los sentimientos, impone reglas a las que se deben ajustar las obras literarias (la regla de las tres unidades: acción, tiempo y lugar).
Como en anteriores épocas, la sociedad neoclasicista vuelve a ser antropocéntrica y rechaza cualquier tipo de idea que no pueda ser explicada de una forma racional.



Se muestra especialmente preocupación por la ciencia y por la educación.  La educación comienza a tener mayor trascendencia y comienza a llegar a, cada vez, más personas. Se crea la Real Academia de la Lengua.
Se rechaza lo imaginativo y lo fantástico, ya que no se escribía para entretener, sino para educar. La literatura neoclásica tiene un marcado carácter crítico, didáctico y moralizador
Exaltación la naturaleza como un elemento que produce sentimientos y belleza.
Reaparecen las fábulas, composiciones breves en las que hay unas enseñanzas morales y los personajes, normalmente, son animales.
Destacaremos los siguientes autores importantes:
Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro (Cartas eruditas y curiosas), José Cadalso y Vázquez de Andrade (Cartas Marruecas), Gaspar Melchor de Jovellanos (Informe para el expediente de la Ley Agraria, El delincuente honrado). Tomás de Iriarte (El burro flautista), Leandro Fernández de Moratín (El sí de las niñas). Todos estos autores tocaron los 3 géneros en mayor o menor medida.

Romanticismo.

El Romanticismo fue un movimiento artístico, literario e ideológico que se produjo en la primera mitad del siglo XIX. Fue una ruptura con el normativismo neoclásico y su principio básico fue la libertad de creación. En España tuvo su apogeo entre 1835 y 1850, aunque este movimiento surgió años antes entre Inglaterra y Alemania, pero el  absolutismo de Fernando VII impidió el desarrollo del Romanticismo en nuestro país y lo retrasó frente al europeo.
No es una simple corriente literaria, sino un amplio movimiento que abarcó los más diversos sectores de la cultura y de la vida europea. En realidad, es el producto de una profunda crisis de base social y política, cuyas manifestaciones abarcan desde lo ideológico hasta lo estético.
La crisis del Romanticismo es, ante todo, vital. El romántico aparece como un hombre disconforme, en medio de un mundo con graves problemas políticos, sociales y metafísicos. Perdido y angustiado en una sociedad que no le satisface, le opone una orgullosa negativa, que se extiende tanto a sus fundamentos ideológicos (la “racionalidad” burguesa) como a su arte (que pretendía, precisamente, estar “ordenado según la razón”).
El Romanticismo español duró relativamente poco. Suelen señalarse los años 1835 (estreno de Don Álvaro del Duque de Rivas) como fecha de inicio, y 1849 (estreno de la obra de José Zorrilla Traidor, inconfeso y mártir) como fecha fin.
En él se distinguen, como en Europa, una línea liberal y una línea tradicionalista. Al Romanticismo liberal avanzado pertenecen, por ejemplo, Larra y Espronceda y en el Romanticismo tradicional podemos situar a escritores como Zorrilla y el Duque de Rivas.
Las características principales del romanticismo son:
  • Exaltación del "yo": el romántico se siente un ser superior al mundo que le rodea (él es un genio) y se aísla orgullosamente, dando lugar a un sentimiento de soledad ,unas veces visto como deleite y otras como sufrimiento. Importancia de la intimidad, los sentimientos y las pasiones del autor. Desprecio por la razón.
  • Irracionalismo: el Romanticismo valora lo no racional, sus obras reflejen sueños, emociones, fantasías.
  • Libertad: El héroe romántico aspira a la sagrada libertad: como miembro de la sociedad salta por encima de las normas de comportamiento, dejándose llevar por sus sentimientos; como artista, rechaza la tiranía de las reglas, oponiendo a éstas, actitudes originales y personales; como político, se compromete con el liberalismo radical y los ideales revolucionarios. Es decir, libertad en todos los órdenes de la vida.
  • Idealismo: desacuerdo con el mundo. El romántico es un eterno descontento: sus ideales de libertad, felicidad e infinito no encuentran cauce en la vida cotidiana. Surgen de aquí varias actitudes, como la rebeldía política y social (el conspirador es uno de los grandes arquetipos románticos), o la evasión (en el tiempo, en forma de retomo al pasado -evocación de la Edad Media, por ejemplo-; o en el espacio -gusto por tierras exóticas como China u Oriente; curiosamente, para los europeos
    España es uno de los territorios "exóticos", de pasado al mismo tiempo musulmán y caballeresco, lleno de bandoleros, brujas, gitanos y mujeres ardientes y libres (como la Carmen de Próspero Merimée).
  • Angustia: El idealismo romántico puede también desembocar en el desengaño, la frustración y la angustia. Un rasgo central del hombre romántico es el sentimiento de no plenitud, el sufrir por lo incompleto de la existencia humana. La vida es vista, al igual que en el Barroco, como fugaz e inconsistente, de ahí que un tema recurrente sea la muerte, por la que se siente una gran obsesión. La angustia
  • La naturaleza: La naturaleza cobra especial importancia y adquiere un papel que antes no tuvo, ahora se adapta a los estados de ánimo del autor o de los personajes, de ahí que suela mostrarse tétrica, turbulenta, o melancólica, según los casos. La angustia y la obsesión por la muerte responde el gusto por la noche o los paisajes sepulcrales, y la soledad encuentra su marco adecuado en los paisajes recónditos o exóticos, los campos desolados, los jardines abandonados.

Los temas que figuran entre los más característicos del momento romántico son: el amor pasional; las convenciones sociales y morales que se le oponen y, como parte esencial de ellas, el viejo concepto del honor; la frustración o sentimiento de la imposibilidad de realizarse; el retiro ascético del mundo, como consecuencia de esta frustración; y, por encima de todo, el destino.
Se observa en los autores de este periodo un desazón y un desengaño que llevan a buscar la evasión; una idealización de lugares exóticos y lejanos, de épocas pasadas y futuras que se imaginan perfectas. Muchos de los autores románticos acabaron suicidándose para evitar el sufrimiento.
Los autores más importantes del romanticismo español como Larra , José Zorrilla, José de Espronceda, Ramón de Mesonero Romanos, Gustavo Adolfo Bécquer (considerado primer poeta lírico propiamente dicho), Cecilia Böhl de Faber (conocida como Fernán Caballero) o Ángel María de Saavedra (conocido por su título nobiliario de Duque de Rivas) y Rosalía de Castro.

Realismo

De nuevo encontramos  un movimiento aristotélico.
Este movimiento literario aparece en la segunda mitad del siglo XIX, como consecuencia de las circunstancias sociales de la época: la consolidación de la burguesía como clase dominante, la industrialización, el crecimiento urbano y la aparición del proletariado..
Las características básicas del Realismo literario son:
  • Eliminación de todo aspecto subjetivo, hechos fantásticos o sentimientos que se alejen de lo real.
  • Análisis riguroso de la realidad. El escritor nos ofrece un retrato riguroso de lo que observa.
  • Los problemas de la existencia humana, componen el tema fundamental de la novela realista; ésa es la consecuencia del sumo interés por la descripción del carácter, temperamento y conducta de los personajes.
  • Surge un tipo de novela en la que se analizan minuciosamente las motivaciones de los personajes y las costumbres.
  • El novelista denuncia los defectos y males que afectan a la sociedad y ofrece al lector soluciones para detenerlos. Cada autor, según sus ideas, muestra lo que para él es un mal de la sociedad.
Los temas son cercanos a los lectores y se usa un lenguaje popular y coloquial.
Los autores que destacan en esta etapa son Benito Pérez Galdós con “Fortunata y Jacinta”, Emilia Pardo Bazán y “Los Pazos de Ulloa”, Leopoldo Alas “Clarín” y su obra “La Regenta”.

Vanguardias.




A principios del siglo XX llega el Vanguardismo, es el periodo de los “-ismos” pues, existen numerosos movimientos cuyos nombres son Futurismo, Cubismo, Dadaísmo, etc. 



Dentro del periodo de Vanguardias en España, el modernismo es la vanguardia que más influencia tiene; en principio, el término “modernista” es un término despectivo utilizado por quienes se oponían a las novedades. Fue sobre todo un movimiento poético que se caracteriza por la repulsa hacia todo lo cotidiano y por la búsqueda de la belleza y la perfección. Podemos hablar de inconformismo y de esfuerzo de renovación.



Lo más importante para los autores modernistas es la belleza, justo lo contrario que en el Realismo, e intentan explotar todas las posibilidades que ofrece el lenguaje para conseguirlo. 


También existe un gran individualismo, dando mucha importancia al mundo interior, al yo del autor y sus sentimientos. Al igual que el romanticismo, se podría considerar un estilo juvenil.


Los autores representativos del Modernismo son: Rubén Darío con su obra “Azul y Prosas profanas y Cantos de vida y de esperanza”; Juan Ramón Jiménez, con su obra “Platero y yo”.


Para trabajar con niños de Educación Primaria considero que podríamos utilizar la obra Platero y yo de Juan Ramón Jiménez.


Generación del 98.

Es simultánea al modernismo, se preocupan por encontrar la verdadera esencia o alma de España, se sienten angustiados por el atraso, achacando los problemas del país a la pasividad e ignorancia del pueblo.

Generación del 27.
Durante los primeros años del Siglo XX y, sobre todo, a partir de 1927 y hasta pasada la Guerra Civil española; surgen una serie de escritores que reciben el nombre de “Generación del 27”, no forman una Generación propiamente dicha, sino que forman parte de un grupo poético, tras un acto conmemorativo del tercer centenario de la muerte de Luis de Góngora, homenaje celebrado en el Ateneo de Sevilla y en el que participaron la mayoría de los miembros de dicha generación de escritores. Este grupo poético es uno de los más prolíficos que ha dado la literatura española. Escritores como García Lorca o Alberti han tenido una notable influencia en autores de generaciones posteriores. Su vida transcurrió muy ligada a los hechos históricos que les tocó vivir, especialmente la Guerra Civil y la dictadura, que les llevó a la mayoría al exilio. Además de estar unidos por la creación literaria, a los miembros les unió una gran amistad.
La nómina habitual del grupo poético del 27 se limita a diez autores: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, pero hubo también muchos otros escritores, novelistas, ensayistas y dramaturgos, que pertenecen a la Generación del 27, generalmente encabezada por Max Aub a quien le siguen algunos más viejos, como Fernando Villalón, José Moreno Villa o León Felipe, y otros más jóvenes, como Miguel Hernández.

Factores que les unían eran su admiración por lo barroco y la Residencia de Estudiantes, de Madrid, un privilegiado lugar de encuentro. Algunos de ellos vivían allí y a ella acudían todos, atraídos por sus actividades culturales.

La generación del 27 tiene varias etapas:

Primera etapa: hasta 1927, aproximadamente.
A principios de esta etapa se dejan sentir los tonos becquerianos, junto a algunos resabios modernistas. Pronto es notorio el influjo de las primeras vanguardias. El magisterio de Juan Ramón Jiménez les orienta hacia la “poesía pura.

Segunda etapa: de 1927 a la Guerra Civil.
Los poetas, ya en su plena madurez, comienzan a sentirse un tanto cansados de las aventuras formalistas. Se inicia así el proceso de“rehumanización” de su lírica.

Tercera etapa: después de la Guerra.
Acaba la guerra civil. Lorca ha muerto en 1936. Los demás, excepto Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, parten hacia una un largo exilio. El grupo poético del 27 se ha dispersado. Cada uno sigue una forma particular de hacer poesía, pero ninguno abandonará el cultivo de una poesía que cada vez será más humana.

Era un grupo que sentía admiración por varios autores clásicos, como Garcilaso, San Juan de la Cruz, Quevedo y Góngora, estuvieron muy influidos por corrientes extranjeras de la época y por las vanguardias. Además, lo popular y lo culto protagonizaron sus obras por igual, todo bajo una idea de tradición y de renovación. Se convertirían en una generación de individualismos y libertades a la hora de expresarse, búsqueda de la originalidad. «La nueva literatura es evasión, alegrías puras entre las palabras y los conceptos más diversos: estar aquí y allá al mismo tiempo, desvariar con gracia.» (Gómez de la serna).

De la producción literaria de la Generación del 27 destacamos “La casa de Bernarda Alba”, “Donde habita el olvido”, “Romancero Gitano”, “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” y “Marinero en tierra”.

Posguerra.

En la inmediata posguerra se hace evidente la ruptura de la natural evolución literaria. Así, la novela no puede enlazar con la narrativa social de los años 30, prohibida por el franquismo, ni parece válida la estética deshumanizada de los años 20. En ese panorama de desconcierto abundan tres tipos de narraciones, todas de estilo tradicional: ideológica, realista y humorística. Hasta los años 50 no comienzan los indicios de renovación. En la década de 1940 sólo hay casos excepcionales y aislados, como C. José Cela, Carmen Laforet y Miguel Delibes.
La novela española de la década de los 50 recoge pronto las nuevas preocupaciones sociales y abandona la visión existencial de la década anterior. el realismo social se intensifica y en el año 1954 alcanza su momento cumbre, pues se publican varias obras de este tipo de Ana Mª Matute, Ignacio Aldecoa, Jesús Fdez. Santos, Juan Goytisolo, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite y Juan García Hortelano.
El tema de la novela es la propia sociedad española: la dureza de la vida en el campo, las dificultades de la transformación de los campesinos en trabajadores industriales; la explotación del proletariado y la banalidad de la vida burguesa. El estilo de la novela realista es sencillo, tanto en el lenguaje como en la técnica narrativa, se pretende llegar a un amplio público. Los contenidos testimoniales o críticos son más importantes.

Podemos destacar como los autores más importantes  de la posguerra a Camilo José Cela con “La familia de Pascual Duarte” (1942), “La colmena” (1951), Miguel Delibes con su obra “Cinco horas con Mario” (1966), Carmen Laforet con “Nada”.






Años 70.





En los años 70, tras la muerte de Franco, la literatura está marcada la libertad total. Destacamos autores como: Eduardo Mendoza por “Sin noticias de Gurb” Vargas Llosa,Gabriel G. Márquez “Cien años de soledad”.





En la actualidad la literatura es ecléctica (vale todo).








Después de este “pequeño” repaso a la literatura española hemos comprobado que hay infinidad de obras de gran calidad literaria de las que podemos sacar mucho provecho, pero para ello hay que saber cómo hacerlo.



Primero deberemos seleccionar unos fragmentos o textos que consideremos oportunos, buscando una adaptación si es necesario, presentar la obra a nuestros alumnos animándoles a leerla.

Pero ¿qué es seleccionar y qué es adaptar una obra? ¿Qué hay de diferente?
Seleccionar es coger un fragmento de una obra para trabajar solamente esta parte con la que pretendemos animar a nuestros alumnos a leer una determinada obra. En cambio, adaptar es adecuar un texto a unos receptores, unos criterios, unos requisitos y unos objetivos. La adaptación implica modificación.
Podemos encontrar varios tipos de adaptación:
  • Las traducciones.
  • Actualización lingüística, obra escrita en castellano antiguo, la adecuación del vocabulario al castellano actual.
  • Cambiar de género dentro de la literatura.
  • Adaptaciones de la forma y del contenido
  • Adaptaciones de la forma. 
  • Adaptaciones del contenido. 
Un error que normalmente cometemos es incluir los resúmenes dentro de “adaptaciones” y no es correcto.
Las adaptaciones son un recurso que, a nosotros como futuros maestros, debemos tener presentes en todo momento, puesto que gracias a ellas podemos dar a conocer a nuestros alumnos infinidad de obras literarias de gran calibre e incluso llegar a hacer de ellos unos grandes lectores.
Aun así, la selección de fragmentos, es el recurso más utilizado en la Ed. Primaria, ya que son textos cortos que despiertan su interés y sirven para cumplir una serie de objetivos.




1 comentario:

  1. Te digo lo mismo que le dije a Pedro aquí: http://yoacabodellegar-pedro.blogspot.com/2011/11/un-no-tan-breve-recorrido-por-la.html
    Excepto lo del esquema de la ley del péndulo que tú sí has incluido.

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