miércoles, 18 de enero de 2012

Tema 4. Lectura literaria y animación lectora


Tema 4. Lectura literaria y animación lectora.


La lectura es una habilidad básica cuyo aprendizaje no acaba nunca puesto que es uno de los pilares principales en el aprendizaje general de los alumnos.  Tiene como finalidad que el alumno pueda acceder al contenido del texto como instrumento de aprendizaje de conocimientos, de enriquecimiento y gozo personal.

En la lectura es importante es la comprensión global del mismo y para ello debemos incidir en la extracción de información tanto específica como explícita; realizando inferencias lógicas para después de la lectura hacer una interpretación de las ideas fundamentales, para así poder hacer una propia interpretación e ir formando el espíritu crítico de cada uno de nuestros alumnos.
Existe un error generalizado se refleja siempre en las aulas e incluso en los hogares, leer en voz alta. Parece que la lectura mental no vale, como si fuese demasiado fácil. La verdad es que la lectura mental no se presta a una verificación banal (si cada palabra se pronuncia bien) sino que reclama una verificación más compleja como es la comprensión del texto.
Las actividades que propongamos antes de la lectura de cualquier obra deben ser motivadoras y centradas en el interés de los niños. ¿Y qué es lo que les gusta a los niños en primaria? ¡¡Jugar!! Asique debemos centrar la actividad en el juego ya que es una manera de que todos participen, pero eso sí, siempre teniendo en cuenta y buscando unos objetivos concretos.

Pero… ¿Qué es lo que nos puede animar a coger un libro? ¿Un título sugerente? ¿Una bonita ilustración en la portada? ¿Una recomendación de alguien?
Tantas y variadas razones… pero como maestros, cuando llega el comienzo de curso, ¿a que no es raro que nos planteemos qué podemos hacer para fomentar la lectura dentro y fuera del aula?
Estas son algunas sugerencias que pueden atraer a nuestros alumnos hacia los libros:

Démosle mucha importancia al “lugar”. En casa es diferente, cada uno sabe cuál es el mejor sitio para “instalarse” pero si ya se deciden a leer en el hogar, la batalla está ganada porque ahí lee porque le gusta, porque le apetece, porque sí.
¿Y en el aula? Debemos crear ambiente, ya sea a partir de una sola estantería, una mesa, una silla, un mueble improvisado… ese es nuestro “rincón objetivo”.
Podemos decorar los alrededores con portadas de libros que creamos más adecuados a la edad de nuestros niños, alguno que sepamos que ha gustado o algún personaje de animación que sepamos que les encanta. Unas flechas en el suelo que se dirijan al rincón…Colores...Clasificación de los libros por orden de dificultad, por temática… una caja para las revistas, otra para las postales (estas las podemos ordenar en álbumes de fotografías, cuando se acumulen, se pueden organizar también por temática -animales, lugares, plantas, etc.), otra para un dossier que podemos elaborar nosotros a partir de noticias extraídas de periódicos infantiles, un pequeño fichero con direcciones que les inviten a navegar en las páginas de autores que estén leyendo, blogs en los que pueden dejar su opinión tras leer un libro…Una meta kilometrada de recorrido lector que puede ocuparnos toda una pared, unos encargados semanales o quincenales de la biblioteca que anotan en un cuaderno de registros los títulos de los que dispongamos, los que nos van entrando en la biblioteca, los que salen en préstamo con su fecha de salida y de devolución…
Otra opción muy interesante es la de realizar un cartel con las novedades, otro con las notas de 0 a 10 según el éxito de algunos títulos… un buzón con las preguntas  semanales, quincenales o mensuales, según el nivel de los lectores para animarlos a dejar la respuesta, puntualmente anunciaremos la lectura de las respuestas y entregaremos regalo sorpresa o “metros regalo” para la meta kilométrica con el fin de “superar rango lector”…
Por supuesto el carnet de lector con recordatorio y firma-compromiso en el anverso sobre el cuidado  del préstamo, así como la “categoría lectora” que se tiene; según vaya adquiriendo “karma” cambiará el rango lector. Esto último ya exige un control por parte nuestra, comprobando lo que lee a través de preguntas de comprensión más un recorte fotocopiado de un fragmento en el que debe contarnos lo que sucede a continuación, unas respuestas tipo test, otro posible final y una tira cómica dibujada por ellos que nos hablen de un determinado capítulo o secuencia importante. Los datos básicos del libro para su identificación y poco más. Si la ficha dejamos que sea solamente los datos de título, autor, editorial, el resumen y el dibujo, se convierte en algo monótono para ellos. Esto es un trabajo que debemos ir reciclando de forma casi permanente para que no se copien los unos a los otros y demuestren verdaderamente su rango lector.

Antes de leer cualquier obra podremos proponer actividades que despierten el interés de los alumnos en el tema del que trate el libro. Echar un vistazo al libro, a sus ilustraciones, ver que sentimientos nos despiertan las mismas, inventar historias o recordar anécdotas con solo ver las ilustraciones. Este primer acercamiento personal al libro es vital para luego poder compartirlo con los niños con entusiasmo y honestidad.
Organizar visitas, como por ejemplo, a la biblioteca, al parque o al mercado, y aprovechar la ocasión para tomar contacto con las personas que nos pueda brindar a poyo: otros maestros, bibliotecarios, padres y miembros de la comunidad. De esta manera, será más fácil y provechoso compartir un nuevo libro con los niños.


Trabajando con los libros en el aula. Durante el primer encuentro directo de los niños con un nuevo libro, invítelos a observar la portada y las ilustraciones que acompañan al texto. Pídales que identifiquen el título del libro y el nombre de su autor e ilustrador. Luego, haga preguntas que ayuden a los niños a formular hipótesis sobre los posibles contenidos del cuento: ¿Cuáles serán los personajes de la historia? ¿Dónde se situará el cuento? ¿Qué les parece que ocurrirá en este libro que vamos a leer? Tome en cuenta todas las respuestas de los niños, y recuerde que es importante crear un ambiente amplio y cómodo para motivar a los niños hacia la posterior lectura del cuento. Otra de las técnicas que podemos utilizar para trabajar los libros en el aula son los cuentacuentos o las historias encadenadas, que consisten en que el animador resume el principio del argumento y, de forma encadenada, los niños continúan la historia. No se desvela si se parece a la original. si tratamos con niños del primer ciclo de primaria podemos utilizar una técnica que siempre les entusiasma, ¡¡que uno de los personajes les escriba una carta!! En esta carta el personaje les presentará sus aventuras.
Es una buena forma de intrigar a los niños y seguramente estén ansiosos por leer el libro.

Durante la lectura podemos usar técnicas de creación literaria rápida en las que escojamos un pequeño fragmento de nuestro libro y creamos un párrafo alternativo, también podemos hacer  pequeñas obras de teatro o guiñol que dejen en suspense el final del libro para que los niños estén intrigados. También podremos realizar debates acerca de lo que está pasando en el libro, si están de acuerdo con las actuaciones que llevan a cabo cada uno de los personajes, quien les gusta más, si alguno les “da mala espina”, si les recuerda a algo que ellos han vivido o visto, etc.
Estas conversaciones deben fomentar una reflexión personal; la finalidad es ayudar al lector a conocer y apreciar sus múltiples contenidos y las diversas maneras de abordarlo y comprenderlo.
Otras de las técnicas de animación que podemos utilizar son por ejemplo: hacer una fotocopia de cada uno de los personajes y hacer un pequeño mural en el que se cuente qué sabemos de cada uno de ellos y qué es lo que pensamos que va a ocurrir con ellos. 

Después de leer el libro podemos realizar actividades como el encuentro con autores o ilustradores, juegos de profundización y comprensión lectora. Podremos resolver, si las hay, dudas sobre la trama del libro, sobre todo si es un libro de intriga o de aventuras. Una actividad muy divertida es la de cambiar el final por otro alternativo que nos inventemos, darle nuestro propio toque personal a lo que puede ser una obra clásica. También se pueden hacer creaciones divertidas partiendo de las relaciones que tienen los personajes y cambiándolas, o inventando las causas de porque el protagonista y el antagonista (si lo hubiera) tienen esa relación. Hacer dramatizaciones, imitar las voces de los distintos personajes, dibujarlos, construir títeres, etc. También podemos escribirles cartas al autor, al ilustrador o al protagonista del libro que se han leído. El profesor lee las cartas en voz alta para que todos puedan escuchar las opiniones.

Cuando el niño termine alguna lectura, nunca hay que someterlo a un interrogatorio o examen. Es mejor conversar sobre la obra, cuál personaje le agradó más y por qué, qué haría si se viera en esa situación, etc.; es decir, compartir impresiones y criterios.
Una actividad muy interesante que puede hacer que nuestros alumnos aprendan mucho a cerca del mundo de la lectura es hacer una visita a la biblioteca pública más cercana. Los niños la conocerán y se familiarizarán con los servicios y materiales que ofrece a los usuarios. También se puede invitar a un bibliotecario de la comunidad a que visite el aula y converse con los niños.




Además una opción que podemos plantear en clase es hacer un diario de lecturas. Los niños preparan un cuaderno que sirva como diario de las lecturas que vayan haciendo a lo largo del curso. En ese diario escribirán lo que quieran, dibujarán lo que quieran y pegarán lo que quieran, sin reglas, con la única condición de escribir en el encabezamiento el nombre del libro y del autor. Según la edad de los niños se puede añadir la editorial, la fecha de lectura y una valoración.


Otras posibles animaciones son: Los sentimientos de los personajes, mientras el animador lee fragmentos del libro los niños dirán que sentimientos que puede estar teniendo el personaje en ese momento (este tipo de animación Daniel Penac la denominó "dar de leer"); si o no... los niños hacen preguntas cerradas y el animador responde con si o no, con sólo estas respuestas deberán adivinar de qué trata el libro y qué sucede.




Fuentes:
El nacimiento del lector, Francesco Tonucci
Fichero de actividades de animación.
Apuntes tomados en clase.

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